domingo, 18 de junio de 2017

JOSUÉ. CAPÍTULO 14.

Introducción. 

141Herencia que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los cabezas de familias de las tribus de Israel 2repartieron entre los israelitas en el país de Canaán, echando suertes, como había ordenado el Señor, por medio de Moisés, a las nueve tribus y media, 3porque Moisés ya había asignado heredad a dos tribus y media en Transjordania y a los levitas no les asignó ninguna entre las otras tribus 4(los descendientes de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín); a los levitas no les asignaron un lote en el país, sino pueblos para habitar y ejidos para sus ganados y rebaños. 5Los israelitas hicieron el reparto de tierra como el Señor había mandado a Moisés.

Caleb (Nm 14)

6Los de Judá se acercaron a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de Jefoné, el queniceo, le dijo:
- Ya sabes el encargo que, en orden del Señor, te dio para mí Moisés, hombre de Dios en Cades Barnea. 7Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo del Señor, me envió desde Cades Barnea a reconocer el país, y volví con una información fidedigna. 8Los compañeros que habían ido conmigo desanimaron a la gente; yo, en cambio, seguí plenamente al Señor, mi Dios, 9y Moisés juró aquel día: <<La tierra que han pisado tus pies será tu heredad y la de tus hijos por siempre, porque has seguido plenamente al Señor, mi Dios>>. 10Pues bien, el Señor me ha conservado la vida, como prometió. Cuarenta y cinco años han pasado desde que el Señor se lo dijo a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; hoy cumplo ochenta ycinco años, 11y todavía estoy tan fuerte como el día en que me envió Moisés: me siento ahora tan fuerte como entonces para luchar y para emprender lo que sea. 12Así, pues, dame ese monte que prometió aquel día el Señor; tú lo oíste: que vivían aquí los enaquitas y que sus ciudades eran grandes y fortificadas. Ojalá el Señor esté conmigo y logre expulsarlos como él prometió.
13Entonces Josué lo bendijo y dio a Hebrón en heredad a Caleb, hijo de Jefoné. 14Por eso Hebrón pertenece por herencia a Caleb, hijo de Jefoné, el queniceo, hasta el día de hoy, por haber seguido plenamente al Señor, Dios de Israel. 15Hebrón se llamaban antiguamente Quiriat Arbá, por el gigante enaquita.
Y el país quedó en paz.

Explicación.

14,1-5 A la pareja Moisés-Aarón sucede la pareja Josué-Eleazar, en un intento de asociar el sacerdocio a la ceremonia trascendental del reparto de la tierra. Nm 34,17-29 suministra una lista de los cabezas de familia, en la que no falta Caleb, por la tribu de Judá. Tres veces se hace remontar la ceremonia a un mandato de Moisés.

El número de las tribus constituye una preocupación. Tienen que ser doce en el reparto; por eso, al quedar fuera Leví, se desdoble José en dos, según la tradición que recoge Gn 48.

Por su carácter introductorio, estos versos recogen tres de los términos clásicos del reparto de la tierra: heredad, lote, suerte.

El episodio de Caleb interrumpe la serie regular del reparto. Alude a los hechos narrados en Nm 13-14, la exploración previa de la tierra; además se presenta como cumplimiento de la orden de Moisés en Dt 1,36. Como otros jefes antiguos, Caleb lleva nombre honorífico de animal: perro, animal valiente, no domesticado. Entre los explotadores él con Josué demostró su ánimo esforzado. Era miembro del clan queneceo, que, según Gn 36,11.15.42, pertenecía a los edomitas descendientes de Esaú; ese clan probablemente fue asimilado más tarde por la tribu de Judá. Le toca una localidad de gran resonancia histórica: por la presencia de Abrahán (se identifica Hebrón con Mambré) y por la coronación de David como rey de todo Israel. En su discurso repite con insistencia los nombres del Señor y de Moisés.

14,6 Dt 1,36.

14,10 Ello deja cinco años para la conquista de Palestina; pero tales números tienen traza de ser artificiales.

14,13 Según Nm 13-14 Caleb era compañero de Josué, ahora Josué es su superior. No está el sacerdote Eleazar para pronunciar la bendición. Josué bendice aquí y en 22,6s.

14,15 No se ve la relación entre el nombre de la ciudad y el gigante. Como árba significa cuatro, el nombre de la ciudad pudo ser Cuatro Caminos o Cuatro Vientos o Villa Cuadrada.

La fórmula final puede indicar una pausa en la exposición o puede referirse al territorio de Caleb; en el segundo caso adelanta lo que Caleb pide en el v.12.



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