domingo, 18 de junio de 2017

JOSUÉ Y JUECES. INTRODUCCIÓN. ARTE NARRATIVA.

La obra del Deuteronomista contiene relatos estupendos, que pertenecen a la literatura universal, que han sido modelos tácitos o confesados de narradores occidentales. En el panorama literario del Próximo Oriente antiguo dos textos sobresalen: el Guilgamés y los relatos del Antiguo Testamento. Aquí me tengo que contentar con llamar la atención del lector sobre el hecho y registrar algunos aspectos sobresalientes.

Ante todo, la riqueza de argumentos interesantes: patéticos, cómicos, burlescos, heroicos, misteriosos, trágicos, novelescos, fantásticos; y la destreza con que están contados.

a) Lo que no encontramos: descripción del paisaje o del escenario, que agradeceríamos en varias ocasiones; análisis de la interioridad de los personajes, desaprovechando ocasiones magníficas; reflexiones generalizadoras, que añaden un contexto humano más amplio.

b) Esencialidad e inmediatez. La acción avanza rápida, apoyada en momentos culminantes. Acertando con lo esencial, el narrador puede sacrificar el resto o dejarlo a la fantasía del lector. También el diálogo es escueto: dos interlocutores cada vez y pocas bazas. La acción puede describirse con un rasgo decisivo o articularse en una secuencia de movimientos.

c) La narración suele ser lineal. Practica el retardar o acelerar el tempo narrativo; raras veces recurre a la sustentación. No conduce simultáneamente acciones paralelas, aunque en algunos detalles señala la simultaneidad para algún efecto. Aunque suele respetar el orden cronológico, se permite anticipar en forma de presentimiento o de predicción, y también retrasar una información para el momento más eficaz o necesario.

d) Los personajes, salvo raras excepciones, no son rotundos. Raras veces se fija el narrador en el aspecto externo. El carácter se declara en la acción y en las palabras. El personaje colectivo asiste, es interpelado. Pocas veces toma la iniciativa de protagonista.

e) El punto de vista suele ser el del narrador omnisciente. En el Dt se interpone la voz narradora de Moisés. En los ciclos de Elías y Eliseo nos parece escuchar la voz de un miembro de la comunidad.

El narrador delata sus preferencias; pero es capaz de contar con distancia, casi con frialdad: el narrador no se inmuta, para que se inmute el lector. El autor en parte presupone a su lector, los judíos de su época, en parte lo va haciendo.

f) Por el grado diverso de identificación o disociación del autor con sus personajes y contando con el impacto sobre el lector, el texto se puebla de tensiones y ambigüedades valiosas. Las tensiones no siempre están resueltas.

g) Notas de estilo. Algunos factores son inseparables del texto original, p. ej. el material sonoro, las paronomasias, aliteraciones, juegos de palabras. Más accesible es el ritmo, que se ensancha o estrecha expresivamente. La repetición de palabra o raíz es uno de los recursos más importantes, no siempre reproducible en la traducción. Son frecuentes los esquemas numéricos, especialmente siete, diez y doce. Muy importantes y no tan fáciles de captar son los valores simbólicos.

A lo largo del comentario iré repartiendo observaciones de carácter literario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario